jueves, 23 de diciembre de 2010

FC LUGANO 1-3 REAL MADRID 29/09/1993

De BLOG BLANCA EFEMERIDE

DIECISEISAVOS DE FINAL (VUELTA)
Fecha: 29-9-93; Estadio: Cornaredo (Lugano)
FC LUGANO (SUI) - REAL MADRID CF 1-3
Arbitro: Ashby (Inglaterra).
Goles: 0-1 40m Hierro, 1-1 61m Subiat, 1-2 80m, Zamorano
1-3 87m Zamorano.
FC LUGANO, 1 :
Walter, Morf, Galvao, Andreoli (Pelosi 61¨), Fernández (Expósito 46¨),
Kaeslin, Panzavalli, Colombo, Fink, Subiat.
REAL MADRID, 3 :
Buyo, Nando, Alkorta, Sanchís, Lasa, Michel, Milla (Dubovsky 71¨),
Hierro, Luis Enrique, Alfonso (Prosinecki 59¨), Zamorano.



El Madrid alivia sus dolores

El equipo de Floro consiguió un resultado aseado ante un rival limitado

MABEL GALAZ ENVIADA ESPECIAL - Zúrich - 30/09/1993


El Madrid encontró alivio en la casa del débil. No es una cura definitiva, pero sirve para calmar dolores un par de días. No fue preciso más. Este equipo pide ahora tranquilidad, un par de resultados favorables y quitarse de encima la sensación de caminar alrededor de la horca. Ni siquiera necesita dar espectáculo. De momento, le basta con creérselo él mismo. Por ello, el equipo de Floro aplicó espíritu positivista y resultó claro ganador en un partido residual, una eliminatoria molesta de las que odian los jugadores, desprecia la afición y disfrutan los directivos, por aquello del viaje.

Cada equipo se aplicó a la faena con su respectiva carga anímica: el Madrid a demostrarse a sí mismo que sigue siendo alguien; el Lugano, a dorar la honrilla con una victoria inútil ante un histórico de Europa. Diferentes conceptos, diferentes situaciones y un abismo entre la calida de uno y otro. Fue un partido, al fin, lógico, más o menos aseado, pero exento de crispación, blando, tibio, justo lo que hacía falta para no volver otra vez a Barajas por la puerta de los derrotados.

El Madrid, con más en juego, puso más, y ganó al fin. Así de sencillo. El balón fue de su propiedad, las ocasiones también. Todo, en definitiva. Su fútbol no fue pulido. Tampoco brillante. Efectivo tan sólo, pero suficiente. Se trataba de recordar el 3-0 del partido de ida y dedicarse a un trabajo efectivo, sin prisas, con la tranquilidad de saberse y ser el mejor.

La alineación sufrió algunos cambios, pero fueron una simple anécdota ante un rival que dejó el partido convertido en un monólogo madridista. Las gradas, casi vacías, sin voltaje, con un público consciente de que allí sólo podía haber un ganador, permitieron al Madrid jugar sin el acogotamiento de sus últimos partidos. Esta vez los fallos no obtenían la recriminación del Bernabéu, dolorosa y penetrante como pocas. Esta vez los pitos eran los lógicos, los de siempre, los del rival. Y los gritos de ánimo, que también los hubo -la emigración no falla-, estuvieron exentos de maldad, limpios de la tensión de los últimos días.

Goles al fin

Los goles fueron de gran brillantez. Hierro desempolvó sus oxidados lanzamientos desde fuera del área y marcó el primero. Fue una acción que dejó la eliminatoria totalmente despejada y permitió afrontar el resto del encuentro sobre un colchón. Después llegó Zamorano, con su bota afilada, como antaño, y logró el segundo. Fue una jugada de las suyas: anticipación y precisión.

Y más tarde, cuando ya el Lugano peleaba con más adrenalina que neuronas, el chileno rescató su carrera veloz y cerró la cuenta. El delantero dedicó sus tantos a Benito Floro, por la confianza que en él había depositado el entrenador a pesar de su mal momento de forma.

El último gol madridista llegó cuando el Lugano ya jugaba con más adrenalina que neuronas. Subiat había conseguido un gol para el honor que hizo soñar a los suizos con la posibilidad de cerrar el partido con victoria o empate. Una cuestión de orgullo, que no de otra cosa.

El equipo suizo arrancó con la convicción de estar derrotado de antemano, pero intento poner nervioso al Madrid. No pudo. El balance final fue positivo. El equipo de Floro recobró la compostura y se fue a los vestuarios con la idea de que no es tan malo como apuntan los recientes resultados. Cuestión de fe, al fin y al cabo.


Mendoza: "De esta nave, el úItimo que se baja soy yo"

El presidente blanco llama "grupo de amiguetes" y "ratas" a la oposición

M. G. - Zúrich - 30/09/1993


Ramón Mendoza, el presidente del Real Madrid, confirmó ayer, antes del partido contra el Lugano, que está en marcha un plan "de medidas internas para la mejor proyección y funcionamiento del club" y aseguró que, por ahora, debe guardar silencio sobre su oferta a Inocencio Arias, hasta hace dos semanas secretario de Estado para Asuntos Exteriores, para el cargo de director general de la entidad. Mendoza afirmó que no ha pensado en la dimisión: "De esta nave, en estos momentos, el último que se baja soy yo".Tras el partido contra el Lugano, el presidente blanco confió en una recuperación anímica de los jugadores. Sin embargo, se mostró molesto por el trato que recibió de un sector del público el pasado domingo en el estadio Santiago Bernabéu: "Que me llamen ladrón y sinvergüenza me parece una canallada. Eso no es madridismo. Me molesta el insulto gratuito".
Mendoza, que en los últimos días ha limitado sus comparecencias en público para hablar del Madrid, rompió ayer su silencio: "Este colectivo es mejor de lo que la gente piensa y algún día dará su verdadero valor. Al Bernabéu salen atenazados. No hay una razón lógica para lo que está pasando". El presidente del Madrid cree que los fichajes no han sido todo lo efectivos que habría deseado.

Mendoza no oculta su malestar por haberse centrado en él las iras de los aficionados madridistas. "Cuando el equipo gana es cosa de los jugadores y del técnico. Los fracasos son para el presidente. Eso me parece una injusticia muy grande. En este momento soy el presidente para mal, pero lo asumo y lo admito", asegura. Aun así, mantiene que no ha pensado nunca en marcharse: "Yo me voy cuando las obras terminen. Catorce meses, todo lo más. De esta nave, en estos momentos, el último que se va soy yo".

Silencio sobre el futuro

A pesar de confirmar que la junta directiva trabaja en un plan de remodelación interna del club para el que se ha elegido a Inocencio Arias como director general, el presidente madridista no quiso entrar en detalles: "No puedo confirmar ni desmentir. De momento, guardo silencio. Es lo de siempre en este país. Hasta que ha aparecido esta noticia se trataba de una persona de gran prestigio. Ahora, a lo peor, con esta noticia ya no es así. Estas medidas proyectadas se darán a conocer días antes de la asamblea de compromisarios del 24 de octubre. En esta sesión, la oposición tiene previsto presentar batalla a la actual directiva. "Son un grupo de amiguetes que son unas ratas", dijo ayer Mendoza en referencia a este colectivo. "No aparecieron cuando ganamos la Copa del Rey o cuando vencimos en las semifinales de la Copa al Barcelona o cuando estábamos a punto de ganar la Liga".


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