viernes, 17 de diciembre de 2010

SEVILLA 1-4 REAL MADRID 03/09/1994

De años 90

Michel y Zamorano celebrando el 0-4 de penalty.

03/09/1994
Primera jornada : En Sevilla (Ramón Sánchez Pizjuán)
SEVILLA F.C. - REAL MADRID C.F. 1-4
Árbitro : Díaz Vega
Goles : Bango (71’ de pen.)
Zamorano (1’, 4’), Alfonso (14’), Míchel (48’ de pen.)
SEVILLA F.C. :
Unzué; Jiménez J., J.M Prieto, Juanito R., M. Soler; G. Moya, Marcos M.,
Bango, Estebaranz; Monchu (Tevenet, min. 67), Rafa Paz.
(Entrenador: Luis Aragonés)
REAL MADRID C.F. :
Buyo; Quique S.F., Hierro, Sanchís, Luis Enrique (Chendo, min. 60),
Míchel, Milla, Laudrup, Martín Vázquez; Alfonso (Amavisca, min. 21), Zamorano.
(Entrenador: Jorge Valdano)

El Madrid es una fiesta

Los madridistas desarbolan al Sevilla en su debú liguero

SANTIAGO SEGUROLA - Sevilla - 04/09/1994

El Madrid se dio un homenaje en el viejo Nervión. Llegó a Sevilla y continuó el programa de festejos que inauguró frente al Palmeiras. Ahora mismo vive en estado de gracia, como si estuviera alumbrado por los dioses. Quizá, pero también hay una explicación más mundana, más apegada al suelo.El fútbol del Madrid irrumpe de la reunión de un grupo de grandes jugadores, dotados mayoritariamente para todas las artes que puedan verse en un estadio. Por aquí hay destreza, por allá fantasía y la intuición, y también la contundencia. Sin embargo, todo esa materia magnífica ha permanecido en estado de hibernación, sometidos sus mejores fútbolistas a un descrédito brutal. Primero recibieron mensajes confusos, luego sufrieron la herida de las primeras derrotas graves y por fin cayeron en un proceso destructivo que afectó por igual a su deseo por el juego y a su autoestima. Los sucesivos entrenadores tuvieron un efecto nocivo. Estuvieron más atentos a proclamar los defectos que las cualidades de sus futbolistas, y todos estuvieron presos de la vanidad: quisieron estar por encima del equipo.

La impresión es que se ha producido un cambio de escenario en el Madrid. Frente a las grandes teorías hay que decir que el retrato del equipo es practicamente el mismo que los anteriores. El Madrid que debutó en la Liga sólo presentaba dos novedades: Quique y Laudrup, sucesor de Hagi y Prosinecki, futbolistas de renombre. Y sin embargo, todo parece diferente. Los mismos futbolistas desacreditados -Michel, Sanchis, Martín Vázquez, Milla- son un año más viejos, pero han recuperado su esplendor. Bastante de su renacimiento para el fútbol tiene que ver con la recuperación de la estima. Hay un hombre, Valdano, que les ha dicho que tienen un talento inmenso y que deben agotarlo por encima del miedo y las críticas. Y también les ha dicho que el fútbol pertenece a los jugadores y nunca a los pizarristas.

La liberación volvió a apreciarse en Sevilla, una plaza siempre difícil para los madridistas. Por el camino quedaron varios asuntos para los estadísticas. El Madrid sacó del centro y devolvió la pelota al Sevilla quince segundos después. En medio estaba el gol más rápido que se recuerda en España. El toque atrás, Milla hacia Quique, la pelota a Michel, que dibuja un pase que recorre de manera perfecta el callejón del ocho, donde aparece Zamorano como un trueno para matar con un pelotazo. Ahí comenzó la fiesta madridista.

El Sevilla, que había salido con la obsesión de presionar, tuvo que hacer un cambio de papeles. Tenía que jugar. Y no pudo. Cayó noqueado, tumbado en cada jugada madridista, enredado en la tela de pases que tejió una y otra vez el Madrid. Llegó inmediatameente el segundo gol, que sirvió para confirmar que Zamorano ha encontrado una mina en Laudrup. En el vértice del diamante, Laudrup es una bendición para el fútbol. Y un ganador. Te raja con un pie de seda. Es la peor muerte posible, porque encima se gana la admiración del vencido.

Desde el segundo gol, el Madrid interpretó un monólogo que tuvo momentos brillantísimos. Volvieron a disfrutar del fútbol sus jugadores, una sensación perdida en el erial de los últimos años. Vean a Martín Vázquez, un alma en pena desde su regreso, que ha recuperado la vitalidad, la alegría, el desenfado que siempre le caracterizaron. En Sevilla dejó dos muestras asombrosas de fantasía y precisión. En la primera, enganchó la pelota en el medio campo, se quitó a un rival con una pisada de balón, siguió con un reverso de bailarín y tiró el pase corrido a Zamorano, que entregó a Amavisca, atropellado por los defensores sevillistas. Fue el primer penalti. Falló Laudrup y Martín Vázquez no quedó satisfecho. Una nueva invención del interior madridista produjo el segundo penalti y al cuarto gol madridista. La rotundidad del Madrid invitaba a un elogio global, pero detrás de la puesta en escena aparecían algunos jugadores que tuvieron una noche colosal como Quique y Milla.

Lo mejor de este Madrid está por encima de las cifras. Hay que buscar por debajo de la epidermis. Allí se encuentra. la sutileza, el ingenio y el deseo de reivindicación que exigen sus futbolistas.


De años 90


El gol del calentamiento

EL QUIRÓFANO : RICARDO GALLEGO 04/09/1994

Concentración. El Real Madrid empezó el partido concentrado desde la caseta, mientras que el Sevilla inició su Liga cuando ya había encajado dos goles. Todos los minutos son importantes, del primero al último, incluso los del calentamiento, en los que el Madrid ya aventajaba al Sevilla. La concentración es un elemento fundamental en el fútbol profesional.Control del juego. Los dos primeros goles trastocaron el reparto de papeles preestablecidos para ambos equipos. El Sevilla quedó bloqueado al tener que asumir la dirección del juego. Es un conjunto diseñado para el contraataque. Por su parte, el Madrid supo adaptarse a las exigencias que le marcó el desarrollo paulatino del encuentro. Los madridistas estuvieron bien en el control y mejor en la iniciativa, con la que siempre fabricaron peligro.

Defensa. Las diferentes filosofías defensivas de ambos bandos se encarnaron en el juego desplegado por Quique Flores y Jiménez. El madridista ayudó a sus centrales, tapó con eficacia las bandas y jugó con inteligencia y sentido colectivo los numerosos balones que robó. El sevillista, por contra, se limitó a ofrecer dureza para intentar solventar su misión destructiva. Ofreciendo la más clara muestra en la acción del tercer gol en su entrada a Alfonso.

El achique. Con frecuencia se entiende que lo importante en esta fórmula es el empuje de los defensas a los delanteros, llevándolos lo más lejos posible de su área. El Sevilla lo consiguió. Sin embargo, olvidó la segunda premisa del manual del achique: sus centrocampistas no acertaron a controlar al poseedor del balón y le dejaron inventar un antídoto contra el fuera de juego.

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"Encontramos la posibilidad de disfrutar" afirma Valdano


SANTIAGO ROLDÁN - Sevilla - 04/09/1994

El técnico del Real Madrid, Jorge Valdano, apareció en la sala de prensa del Sánchez Pizjuán tras pasar revista a un vestuario feliz pero castigado. Dos esguinces en los tobillos de Alfonso y Luis Enrique, las, secuelas de un pisotón en un pie de Quique y un fuerte golpe en el muslo derecho de MÍchel. "No creo que el partido haya dado como para tener este parte de guerra", señaló el técnico. Su lectura del partido, estaba muy mediatizada por los dos primeros goles de su equipo: "Sin duda, este equipo que siempre ha estado atenazado por una especie de síndrome de impaciencia, encontró pronto el gol, un buen motivo para tener tranquilidad y olvidar la impaciencia". Para Valdano un resultado tan claro en el inicio del campeonato "sirve para generar mas entusiasmo en un equipo que ya llega entusiasmado con un proyecto. Hemos encontrado la posibilidad de disfrutar. Necesitabamos un poco más de crédito porque en nuestra última comparecencia , ante el Palmeiras, atravesamos muchas dificultades. Este partido no ha dado este crédito". Sin embargo, advirtió: "A todo esto hay que darle continuidad. No olvidemos que el Madrid también arrancó la pasada temporada ganando 1-4 y después pasó lo que pasó".Valdano reparó en las dificultades que el Sevilla tuvo que afrontar: "Dos goles tan tempraneros rompen muchos planes. Además, la baja de Suker se ha debido notar porque se trata de un futbolista que contagia de entusiasmo a sus compañeros y al público".

El míster blanco terminó reconociendo que lamentó el gol del Sevilla: "No jugamos para divertir al público con los goles del enemigo".
Lesión de Alfonso

Alfonso, que espera conocer el alcance definitivo de su lesión para saber si podrá acudir a la convocatoria de la selección española, que el próximo, miércoles juega en Chipre, dijo al término del encuentro: "No parece que sea grave; sólo un esguince. Lamento haber tenido que abandonar el encuentro tan pronto".Míchel hizo un rápido análisis del encuentro: "Empezamos tan bien que parecía difícil que el partido se nos torciera. Lo he pasado bien, aunque salgo con un golpe. El resultado y el juego del Real Madrid sirve, al menos, para empezar la Liga con alguna confianza".

Luis Aragonés no salía de su asombro. El entrenador del Sevilla admitió ser incapaz de analizar el encuentro: "Ha sido un partido extraño. No se pueden sacar muchas conclusiones de un encuentro en el que en cuatro minutos te hacen dos goles". El entrenador sevillista señaló que "hay mucho tiempo" para subsanar los errores que cometió ayer su equipo.
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